Seguro lo ha visto o, incluso, sea uno de ellos.
Durante las mañanas atiborran el Metro y ponen
su granito de arena para desquiciar, todavía
más, el tránsito de la ciudad. En las tardes llenan las
fonditas o los puestos de quesadillas que encuentran
a su paso. Hacia la noche, a las 6 en punto, salen en
estampida loca de regreso a sus hogares. Desde hace
algunos años los godínez forman parte del paisaje
habitual de las ciudades más importantes del país.
Pero, curiosamente, todavía no conocemos lo suficiente
de esta peculiar especie urbana. Por eso, en este
suplemento de Algarabía nos dedicamos a analizar,
y traerle a usted, todo lo que siempre quiso saber de
aquellos individuos de traje brilloso —por exceso de
uso— e infaltable tupper, el mismo que a veces se tiran
encima.
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