A los mexicanos se nos puede tachar de muchas cosas, pero nunca de no saber comer; quizás de comer de más, pero no de no comer sabrosito.
Comemos como Dios manda… y como no manda, también. Comemos rico y lo disfrutamos al punto de que las alternativas que tenemos en cuanto a nuestra cocina y gastronomía son casi inconmensurables. En cada región, en
cada pequeño poblado, en cada rincón de cualquiera de nuestras ciudades, puede haber una delicia, una especialidad, un manjar o una innovación culinaria esperándonos.
Ya sea un queso de lenta preparación, un mezcal artesanal, un ate risueño o una garnacha oronda que nos
seducen al primer olor y a primera vista.
Revista Algarabía 190 impresa
$55.00
A los mexicanos se nos puede tachar de muchas cosas, pero nunca de no saber comer; quizás de comer de más, pero no de no comer sabrosito.
Comemos como Dios manda… y como no manda, también. Comemos rico y lo disfrutamos al punto de que las alternativas que tenemos en cuanto a nuestra cocina y gastronomía son casi inconmensurables. En cada región, en
cada pequeño poblado, en cada rincón de cualquiera de nuestras ciudades, puede haber una delicia, una especialidad, un manjar o una innovación culinaria esperándonos.
Ya sea un queso de lenta preparación, un mezcal artesanal, un ate risueño o una garnacha oronda que nos
seducen al primer olor y a primera vista.
Disponibilidad: 3 disponibles
Peso | 1 kg |
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